En respuesta
al convenio firmado hoy por la
Consejería de Sanidad y la Cruz Roja , por el que
esta se hace cargo de la donación de sangre en las calles de Madrid, desde ADECETMA
decimos lo siguiente:
Si el Consejero
asegura que no existe ningún tipo de ahorro, no entendemos por qué han firmado este acuerdo con Cruz Roja. Si se
escudan en evitar duplicidades, con este convenio no se eliminan, lo único que
se hace es pagar a una ONG por lo que hasta ahora se hacía gratuitamente. ¿Qué
sentido tiene desmantelar un servicio público para dárselo a una entidad
privada a la que además de pagarle se le subvenciona? Porque no olvidemos
que el pasado 5 de diciembre el Consejo de Ministros aprobó una subvención a Cruz Roja, de 42,1 millones de euros con cargo a la asignación del Impuesto sobre la
renta de las personas físicas (IRPF).
¿Es esta la nueva política del gobierno del PP? ¿Mantener a determinadas ONG´S con el dinero de todos los contribuyentes y en cambio eliminar de un plumazo lo que ha costado años conseguir: una sanidad pública de calidad, de todos y para todos? Porque el argumento de la solidaridad se cae por su propio peso, en el momento en que Cruz Roja cobrará por bolsa de sangre 67 euros. Si el donante cede gratuitamente su sangre, ¿quién esla Consejería para adoptar
un acuerdo en el que una entidad privada se va a beneficiar con el altruismo de
un ciudadano? Recordamos que en nuestro país, la normativa prohíbe comerciar
con la sangre y que ninguna entidad pública o privada puede comerciar con ella.
¿Por qué ahora sí, esgrimiendo argumentos de cubrir costes? ¿Si el donante no hace
una estimación de sus gastos (su sangre, su tiempo y su posterior recuperación)
porque si Cruz Roja? ¿Quién decide cuales son los motivos de que uno cobre por
bolsa de sangre y el otro no por el pinchazo en el brazo? Evidentemente el
sentido común, “es un tema de Salud
Pública”.
De otra parte,
Lasquetty ha explicado que con este convenio, Madrid se equipara al resto de las
comunidades donde no hay duplicidad. Efectivamente Sr. Lasquetty en el resto de España y como ya hemos
denunciado en otras ocasiones, el proceso de la donación de la sangre está en
manos de la red pública sanitaria de cada comunidad autónoma. Solo aquí se
permiten el lujo de privatizar un servicio público que venía siendo realizado
hasta ahora por profesionales altamente cualificados y comprometidos con su
trabajo, cuyo único objetivo era
salvaguardar el bienestar de todos los ciudadanos, para dárselo a una entidad
privada que amparada bajo las siglas de ONG, va a obtener un beneficio anual de
9 millones y medio de euros.
Con respecto al tema
del empleo, desde ADECETMA nos
hacemos eco de las declaraciones a la prensa del señor Lasquetty, de que "todas
las personas de todas las categorías que trabajan ahora mismo en el ámbito de
donación en centros de transfusión van a mantener su puesto de
trabajo, incluido el personal interino o eventual". Con el tiempo veremos
si esto es verdad y no se dedican a hacer su política de empleo público de
amortizar puestos de trabajo y de trasladar forzosamente a los trabajadores a
otros centros, los cuales a su vez desplazarían a otros que desgraciadamente terminarían
engrosando las listas del paro.
¿Es esta la nueva política del gobierno del PP? ¿Mantener a determinadas ONG´S con el dinero de todos los contribuyentes y en cambio eliminar de un plumazo lo que ha costado años conseguir: una sanidad pública de calidad, de todos y para todos? Porque el argumento de la solidaridad se cae por su propio peso, en el momento en que Cruz Roja cobrará por bolsa de sangre 67 euros. Si el donante cede gratuitamente su sangre, ¿quién es
Y una vez más, desde ADECTEMA
y como venimos haciendo desde nuestras redes sociales, animamos a todos los
ciudadanos a seguir donando en los puntos públicos, ya sean fijos (hospitales y centros de especialidades)
o móviles (autobuses con el distintivo de la Comunidad de Madrid) y como no, en el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid,
situado en la Avd.
de la Democracia
s/n. (metro Valdebernardo), porque no
hay mayor muestra de solidaridad, que
la donación desinteresada de sangre.
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