domingo, 15 de diciembre de 2013

Comunicado actualizado


 Ante la noticia ya confirmada de que la Consejería de Sanidad ha firmado un “Convenio de colaboración con Cruz Roja" según el cual esta entidad asumirá la gestión de la promoción, captación y donación de sangre de modo exclusivo en toda la Comunidad de Madrid, la ASOCIACIÓN DE EMPLEADOS DEL CENTRO DE TRANSFUSIÓN DE MADRID (ADECETMA) desea dejar clara su postura ante dicho convenio.

 Como en repetidas ocasiones hemos mantenido, el argumento del Consejero de Sanidad, Sr. Fernández-Lasquetty de que no se trata de una “externalización” cae por su propio peso, puesto que tal como él mismo dijo en la Asamblea de Madrid, "es un acuerdo, un convenio” con la Cruz Roja conforme al cual cada uno nos vamos a ocupar de una tarea".

La sangre es un producto único que solo se consigue mediante la donación altruista de todos los donantes. Una vez donada, se fracciona y analiza para finalmente distribuir sus componentes a toda la red hospitalaria de la Comunidad de Madrid. Y es precisamente el primer eslabón de esta cadena, la donación altruista lo que el gobierno regional pretende que deje de ser gestionada por el servicio madrileño de salud para que pase a manos de una entidad que en ningún caso puede considerarse  pública. En palabras de la Viceconsejera Patricia Flores se va a llevar a cabo este convenio por la labor solidaria que hace la Cruz Roja. Pero no hay que olvidarse que aquí la solidaridad la llevan a cabo los donantes que acuden voluntariamente a donar sin ninguna contraprestación económica. Sin embargo, y tal y como ha confirmado la Viceconsejera, a partir de ahora la bolsa de sangre sin analizar tendrá un precio de 67 euros, es decir que el Centro de Transfusión que hasta ahora recogía gratuitamente la sangre, tendrá que abonar esa cantidad a la Cruz Roja por cada “bolsa de sangre” que esta ONG extraiga de un donante. Desde ADECETMA denunciamos que con este acuerdo los estándares de calidad se verán amenazados. Si el primer eslabón de la cadena, el equipo de colectas encargado de la selección del donante, deja de pertenecer a la red pública sanitaria, corremos el riesgo de que la prioridad pase de ser la selección del donante a la cantidad de bolsas extraídas en la colecta.
 En 1988 se creó por Real Decreto el Centro de Transfusión de la comunidad de Madrid, para unificar los distintos bancos de donación que existían hasta entonces, desde la Hermandad de Donantes de Sangre, hasta el Instituto de Hematología  pasando por los diferentes bancos de sangre que cada hospital público tenía en sus instalaciones (nunca entendimos por que no se hizo lo mismo con la Cruz Roja). El Centro ha ido creciendo hasta tener una plantilla de 220 trabajadores más una flota de 7 autobuses, 5 furgonetas y 3 turismos.  En el CTCM se procesan analizan y distribuyen más de 200.000 unidades de sangre al año para toda la red hospitalaria pública madrileña, llegando casi al autoabastecimiento. Y se realizan más de 345.000a análisis a donantes, se colocan más de 100.000 carteles informativos y se envían más de 1.600.000 sms a los donantes. Los productos distribuidos por el CTCM están valorados en más de 42.500.000 euros al año. Y lo que es más importante, que a los centros públicos de la Comunidad de Madrid no se les factura ni los productos sanguíneos ni las pruebas realizadas. Con el nuevo convenio, el 60% de la plantilla se verá afectada, entre despidos y traslados forzosos a otros centros del SERMAS, que a su vez tendrán que reorganizar sus plantillas con la pérdida de empleo que ello supondrá también en los centros receptores. Además, el parque móvil pagado con fondos públicos por todos los contribuyentes, se cederá íntegramente a la Cruz Roja.
 Desde esta Asociación, nos preguntamos si, una entidad como Cruz Roja que antepone a su nombre las siglas ONG, no debería limitarse a complementar, nunca reemplazar, las funciones que realiza el Centro de Transfusión.  En los últimos meses Cruz Roja había perdido el servicio de distribución de sangre con el grupo privado de Hospitales Madrid. Parece como si el gobierno regional hubiera acudido al rescate de esta entidad. 
La propia Cruz Roja reconocía en una de sus Asambleas Generales (2007) que, en lo relativo a la donación de sangre “la expansión del Sistema Nacional de Salud ha generado recursos suficientes para cubrir las necesidades actuales. La labor que Cruz Roja puede aportar puede enmarcarse en la de promoción de la donación altruista”. Promoción, es decir sensibilización, concienciación, una labor más en consonancia con la función de voluntariado de una ONG, no el control de un servicio público como es la extracción de sangre y la atención al donante. 

 En Madrid, hasta hoy a Cruz Roja se le ha permitido (por razones nunca explicadas) dedicarse a la distribución de sangre a los hospitales privados. Y, cuando era necesario, y dentro de un acuerdo de colaboración aportaba al CTCM en torno al 10% del total de la sangre distribuida por éste. Dejando al margen que el personal del CTCM podría haber obtenido el 100% de la sangre si no se hubiera encontrado permanentemente en las calles la competencia desleal de las unidades móviles de Cruz Roja, un 10% es colaboración; poner en régimen de casi monopolio la obtención de la sangre no es colaboración, es sustituir las funciones básicas y esenciales de los servicios públicos. Y esto no es objetivo ni función de una ONG. 

Si la finalidad de dicho convenio realmente es organizar de una manera sensata la donación de sangre, ¿cuál es el argumento que justifica que una de las actividades propias del Centro de Transfusión pase íntegramente a una entidad de gestión privada, que tradicionalmente ha abastecido de sangre exclusivamente a hospitales privados?
 Si hablamos en términos cualitativos, es incuestionable la labor realizada por los profesionales del Centro de Transfusión en el desarrollo de sus funciones, lo cual redunda en una altísima calidad en todo el proceso: desde el trato al donante hasta que la sangre llega al hospital, público o privado, que la necesita.

 Estos datos nos alejan del concepto de duplicidad que desde la Consejería se empeñan en denunciar. En Madrid es el único lugar de España que existe ya que en el resto de las CC.AA la gestión, captación y promoción de la sangre se hacen desde la red pública sanitaria de cada comunidad.

 ¿Es "sensato" que se le cedan las herramientas y los recursos necesarios para obtener una parte tan importante de esa materia prima, la sangre, sin la que un centro de transfusión no tiene sentido, a una empresa privada que solo suministra a cada vez menos hospitales privados? ¿Debemos confiar en que en un futuro seguirán suministrándola al Centro de Transfusión en lugar de proporcionársela a otro pagador mejor para que la procese y distribuya? ¿No será este el principio de una posterior privatización del Centro de Transfusión tan codiciado por algunas empresas farmacéuticas?

 Sensato es que un sistema público garantice que el proceso de donación de sangre llegue a todos los ciudadanos en función de las necesidades reales al margen de ningún otro criterio, como puede ser el económico. No puede haber otro objetivo distinto de la calidad del producto y la seguridad del donante

 Sensato es que todo este proceso lo realicen profesionales altamente cualificados y preparados para intervenir y dar servicio en cualquier situación. Esos profesionales que nos han demostrado su capacitación y altruismo en las situaciones de emergencia, que por desgracia se nos han presentado en más de una ocasión, sin necesidad de ir respaldados por las siglas de una entidad humanitaria. Con motivo de su participación en la atención de las víctimas del 11M, el CTCM recibió la Medalla de Honor de Madrid.

 Sensato es que un sistema público garantice la continuidad de ese servicio. ¿Qué ocurrirá si, una vez esté en vigor el convenio, surge algún conflicto laboral en la nueva empresa responsable de las colectas? ¿Qué pasará entonces, cuando ya se haya desmantelado el servicio de colectas público?

 En definitiva, no tiene sentido que se privatice un servicio público que funciona al 100% y que, tal y como reconoció el Consejero en la Asamblea de Madrid: "el trabajo excelente de médicos, enfermeras, técnicos, conductores que, durante todos estos años han hecho un magnífico trabajo", máxime cuando su labor, así como la del resto de trabajadores de la red pública sanitaria que se ocupan de la donación, recibió la distinción del Merito Nacional 2010 por parte de la Federación Española de Donantes.

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