Este domingo, 18 de enero la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (MEDSAP)- Marea Blanca, os convoca a la vigésima octava Marea Blanca que saldrá de la Plaza de Neptuno. Será en una marcha corta y clásica con llegada a la Puerta del Sol, no por ello menos contundente y llena de convicción, con la misma exigencia y con igual marca de esa resistencia que hemos mantenido, contra viento y marea, durante más de dos años y medio y que se inserta en un programa con otras acciones variada
La Marea Blanca volvemos a salir a las calles de Madrid para defender el derecho a la salud y a la vida de las personas. Sabemos que solo es posible si disponemos de un sistema público sanitario que nos proteja a lo largo de nuestras vidas y no nos discrimine en función de dónde vivimos, cuáles son nuestros recursos económicos o nuestro origen social. Denunciamos que la salud no puede ser un negocio y que el pensamiento de unos gobernantes entregados al poder de las multinacionales y sus patentes es una realidad a combatir con coraje. Esta Marea Blanca es una denuncia colectiva con evidencias del pérfido negocio de la Salud que provocan los recortes, los despidos, los cierres, las derivaciones, los conciertos y, más a más, la exigencia de entes privados como las farmacéuticas que ahogan con patentes y se enriquecen sin fundamento; como es el caso de los enfermos por hepatitis C y el de muchos otros como son los enfermos de cáncer, los ancianos, los crónicos, los diabéticos, etc., etc., etc...
En año pasado el Servicio Madrileño de Salud firmo un convenio entre el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid y la Cruz Roja de esta comunidad, este convenio tiene un objetivo privatizar las donaciones de sangre que se realicen en los autobuses de donaciones. La sangre es un tesoro que no se puede fabricar y que nos obsequian los donantes. Con su regalo salvan vidas. Nuestras vidas. Esa es la verdadera solidaridad: ayudar a alguien sin recibir nada a cambio y sin que nadie se entere. Ser solidario es, en su esencia, ser desinteresado. La Comunidad de Madrid negocia con la solidaridad pagando a Cruz Roja 67 euros por cada bolsa de sangre, sin procesar, que alguien regala. Más de 9 millones cada año. ADEMÁS de esa cantidad de dinero, y de las unidades móviles totalmente equipadas, se le regala todo el material necesario para la extracción de sangre. Esto es 1.700.000 € anuales que pagaremos todos los madrileños.
A pesar de este regalo, la Cruz Roja no ha cumplido los objetivos que se pactaron para el año 2014. Según los datos que han recolectado los empleados del Centro de Transfusión, la entidad privada ha entregado 8.037 unidades menos de las estipuladas, es decir ha incumplido el convenio. Empieza el 2015 y, de momento, el centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid ha distribuido el personal de colectas a otros centros públicos y no hay personal suficiente para realizar la donación en los Centros de Especialidades, es decir el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid también incumple el convenio. En definitiva, la Comunidad De Madrid DERROCHA CASI 10 MILLONES DE EUROS pagando a una empresa externa, por hacer unas funciones que hasta el 28 de febrero de este año realizaba el Centro de Transfusiones SIN NINGÚN COSTE AÑADIDO. ¿Cuántos tratamientos contra la hepatitis C se podrían pagar con ese dinero?
Los pacientes afectados por el virus de la hepatitis C, junto con sus familias, profesionales sanitarios, asociaciones de todo tipo, particulares y la MEDSAP-Marea Blanca estamos llevando a cabo una larga batalla por conseguir que la sanidad pública les facilite el tratamiento que puede permitir la curación en la mayoría de los casos.
El tratamiento que puede curar la infección por Hepatitis C tiene un alto precio en el mercado español. La empresa Gilead dispone de la patente y lo vende a un precio superior en más de 100 veces su coste de fabricación. Hasta ahora, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas (que son las que tienen las competencia en sanidad y tienen la obligación de facilitarlo a los pacientes a los que se les haya prescrito) siguen sin hacerlo nada más que en casos muy concretos, dejando en espera y en la angustia a la inmensa mayoría de los afectados y sus familias.
El sistema de patentes permite a las empresas hacer un uso exclusivamente comercial de los medicamentos impidiendo tener acceso a ellos a la mayoría de la población mundial y permitiendo el sufrimiento y la muerte de cientos de miles de personas.
Solo la India tiene una legislación sobre patentes muy exigente que trata de evitar patentes de medicamentos que no son verdaderas innovaciones y que además, permite al gobierno revocar los derechos de patente por motivos de salud pública, tal como permite la Organización Mundial del Comercio. Tanto la Unión Europea como Estados Unidos, que es donde tienen su matriz las principales industria farmacéuticas, están presionando a la India, que es el principal productor y suministrador de medicamentos genéricos. Es el país que está cuestionando el modelo de negocio a nivel global y las grandes multinacionales farmacéuticas tienen entablada una batalla legal contra la legislación de la India; en Egipto pasa lo mismo.
Pero la Comisión creada para encargarse de la elaboración de un plan estratégico estará supeditada a los intereses de la industria farmacéutica. Todos los profesionales que integran la comisión encargada de elaborar el plan estratégico para la hepatitis C tienen conflicto de intereses que cuestionan su independencia, tienen estrecha relación con diferentes laboratorios farmacéuticos, algunos de ellos concretamente con Gilea
En nuestro país, tras muchos meses de luchas y movilizaciones, el gobierno se está comenzando a interesar por los pacientes afectados por el virus de la hepatitis C y está dando la impresión de que están haciendo algo, creando comisiones de trabajo y reuniéndose con las comunidades autónomas. Su última decisión es que Sin la presión constante, sin las movilizaciones, seguiría siendo un tema olvidado sin vías de solución.
La industria farmacéutica está cada vez más concentrada en empresas multinacionales que acumulan un desorbitado poder y que son capaces de condicionar las decisiones de los centros que tienen que tomarlas. En su afán por vender y colocar sus productos se apropian del conocimiento existente, modifican ligeramente medicamentos que iban a ser libres para volver a patentarlos a su nombre y seguir imponiendo sus condiciones económicas para el acceso a esos medicamentos.
Los grandes laboratorios farmacéuticos priorizan la rentabilidad económica por encima del que tendría que ser su principal objetivo: salvar vidas humanas y mejorar la vida de las personas. Su principal objetivo es la rentabilidad económica, vender productos. Para eso realizan una inversión en publicidad que es la más elevada en cualquier sector económico, en torno al 25% de su facturación. Hoy ya no pueden ser consideradas el prototipo de empresas innovadoras, sino las más importantes empresas publicitarias del mundo.
La industria farmacéutica tiene una importante relación económica con las sociedades científicas que son las que elaboran las guías de práctica clínica. También financian la publicación de las revistas científicas por lo que condicionan escandalosamente sus contenidos.
La formación continua de los profesionales sanitarios está también en gran parte, en manos de las empresas farmacéuticas. Como ejemplo cercano, el gobierno de la Comunidad de Madrid ha cerrado la Agencia Laín Entralgo dedicada a la formación, allanando el camino para que la formación de los profesionales solo estén manos de los intereses privados.
1. Facilitar a todos los pacientes que necesiten el tratamiento para la hepatitis C, de acuerdo con los protocolos que se establezcan.
2. Exigimos los recursos necesarios para el correcto tratamiento de las personas que lo necesitan. Hay recursos económicos y medios para conseguirlos, sin depender de la extorsión permanente de los laboratorios.
3. Anulación del convenio de donación entre el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid y la Cruz Roja de esta comunidad,
4. Financiación pública de la investigación, con objetivos establecidos desde los intereses públicos.
5. Reapertura de la Agencia Laín Entralgo para retomar la formación pública de los profesionales.
6. Exigimos también el mismo trato a otras enfermedades que están sufriendo también por sus tratamientos, como los que sufren los enfermos oncólogicos, así como todos los afectados por enfermedades raras que se están dejando abandonados y sin adecuadas coberturas públicas, como los enfermos de ELA y otros.
7. Finalmente, denunciamos, en el sentido contrario a lo sucedido con la hepatitis C, la ingerencia de las farmacéuticas como lobbies especulativos protegidos por el poder en en la medicalización excesiva o sustitutiva, que se está potenciando en Salud Mental alejada del modelo terapéutico comunitario más humanizado y con resultados muy positivos desde el punto de vista individual y social.
NUESTRA SALUD NO PUEDE SER SU NEGOCIO FUERA LAS EMPRESAS DE LA SANIDAD LA SANIDAD NO SE VENDE SE DEFIENDE
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